La isla Boracay reabre al turismo

on Domingo, 11 Noviembre 2018.

Boracay, una pequeña isla en las Visayas que tiene largas playas de arena blanca y fina y aguas cristalinas, una verdadera isla paradisíaca que aumentó su popularidad en los últimos años convirtiéndose en el 2017 uno de los mejores destinos del mundo por muchas revistas y portales de turismo.

Lamentablemente, la extensión diminuta de la isla - solamente unos 10 km cuadrados – fue una víctima de su propia popularidad. Con 2.1 millones de turistas que llegaron en 2017, Boracay tuvo que competir con la degradación ambiental, la congestión de tráfico, la gestión de residuos insuficiente, la construcción ilegal, discusiones de propiedad, emigración de pescadores locales ... para decir unos cuantos problemas.

En abril se anunció el cierre a los turistas de la isla por seis meses. El tiempo necesario para la llevar a termine un plan de conservación futura de la belleza natural de Boracay.

playas de Boracay

Durante estos 6 meses permitieron a residentes ir y venir, los turistas locales como extranjeros eran bloqueados en el puerto del continente y los vuelos de la compañía Aire Cebu Pacific se cancelaron.

El Departamento de Entorno y Recursos naturales (DENR), El Ministerio de Interior y Turismo y ayuntamientos han trabajado conjuntamente para decidir como exactamente podían gestionar esta prohibición temporal del turismo en Boracay. Los objetivos principales de cierre eran claros e implicaba la construcción de un sistema de alcantarilla, la limpieza de estructuras ilegales en las famosas playas y la inspección de edificios y negocios para asegurarse que se cumplan todos los requisitos de conservación ambiental. Aunque esta decisión repentina ha causado grandes perdidas de negocios locales y muchas quejas de personas que el turismo es su único sustento económico.

Hoy, después de seis meses de una profunda transformación, Boracay reabre sus playas. Pero lo hace tratando de garantizar que no se terminen cometiendo los mismos errores. Se ha reducido el número de hoteles y restaurantes -en torno a 400 operaban de forma ilegal y han sido clausurados-, se restringe a 19.200 el número de turistas diarios -unos dos millones visitaban cada año la isla de apenas 33.000 habitantes-, se han demolido los edificios a menos de 30 metros de la playa, y se han cerrado los tres casinos de la isla.

Pero lo más llamativo son las restricciones que se imponen sobre la arena y en el agua: beber alcohol y fumar en la playa está prohibido, y los deportes acuáticos, muy restringidos. «Queremos que Boracay se convierta en paradigma del modelo de turismo sostenible que estamos implantando en Filipinas», anunció la secretaria de Turismo, Bernadette Romulo-Puyat, que dejó caer la posibilidad de que se haga algo similar en otros núcleos turísticos como El Nido y Panglao. En Oslob, conocida por la posibilidad que brinda de bucear con tiburones ballena, el número de visitantes se ha reducido a la mitad.

Sin duda, estas decisiones han tenido gran impacto económico. Pero pocos las han criticado, porque el turismo masivo que provoca tensiones por todo el mundo se ve como una amenaza tanto para el entorno como para la cultura local.

«Todos, grandes y pequeños, hemos sacrificado mucho en estos seis meses de cierre», ha dicho la directora ejecutiva de la Boracay Foundation, Pia Miraflores, a la agencia AFP. «Estamos felices de que los trabajadores hayan recuperado sus empleos», ha añadido. «Ahora, quienes nos visiten disfrutarán de una experiencia mucho más satisfactoria y pueden estar convencidos de que su impacto será mitigado», recalcó Romulo-Puyat.

playa de Boracay en octubre 2018

No es la primera vez que un país toma medidas drásticas para conservar el entorno de una isla. En 2004, el gobierno malasio bruscamente cerró todos los hoteles de Sipadan, conocido por tener el mejor buceo del mundo y limitó a solo 120 permisos diarios de inmersiones nocturnas. Nada más lejos, la isla filipina de Palau comenzó en diciembre a requerir que visitantes firmaran una eco-promesa, sellada en sus pasaportes como la parte del visado, donde ellos prometen actuar de un modo ecológicamente responsable durante su permanencia. También lo ha hecho Tailandia con la que popularizó Leonardo Di Caprio en la película 'La Playa'.

Desde Rutas Filipinas nos alegramos del intento de las instituciones a no dejar que el turismo degrade la hermosa isla de Boracay y apoyamos cualquier acción de las autoridades y empresarios de crear un turismo ecológicamente sostenible y localmente beneficioso. Nosotros seguimos trabajando para llevar a nuestros viajeros por este inmenso archipiélago de bellas playas y gente cordial, a ayudar con nuestro granito de arena a crear un turismo responsable y ecosostenible.

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