Recorrido por Siquijor, la isla mágica de Filipinas
¿Por qué Siquijor merece ser tu próximo destino de vacaciones?
La pequeña isla de Siquijor, situada al sur de Bohol, tan solo a unos 45 minutos en barco de Dumaguete, es una de las islas menos visitadas de Filipinas. Su encanto local nos enamoró la primera vez que la pisamos, pero después de un segundo viaje a la isla para conocer profundamente su cultura y forma de vida, ha hecho que se convierta en uno de nuestros destinos favoritos.
Es el sitio perfecto para aquellos viajeros que buscan una isla donde el reloj se para y el día a día de los locales se mezcla con los pocos turistas que se han dejado caer por ahí, creando una paz y una tranquilidad difícil de encontrar en otras zonas de Filipinas
Siquijor fue llamada por lo españoles, la isla del fuego ya que por las noches las luciérnagas alumbraban la isla creando un escenario misterioso y a día de hoy, muchos filipinos aún creen que es una isla mágica por la presencia de chamanes en sus montañas. Es fácil de percibir, que el misterio es parte del encanto de Siquijor así que en esta segunda visita a la isla hemos tratado de descubrir el magnetismo de esta isla, que hace que para muchos sea difícil de irse.
Hoy nos proponemos de contaros nuestras experiencias en Siquijor para animaros a conocer este pequeño paraíso de las Visayas.
Igual como en nuestro primer contacto, la llegada a Siquijor nos ha vuelto a impresionar ya que sus aguas turquesas y sus niños sonriendo y jugando al lado de los ferrys te hace sentir enseguida que llegas a un lugar mágico. Así que hemos cogido unas motos para salir a inspeccionar la isla, y re-descubrirla de nuevo.
Después del viaje lo que más nos apetecía era un refrescante baño, la primera parada de nuestro día ha sido en las cascadas de Cambugahay, de camino paramos al árbol más antiguo de la isla donde se encuentra el famoso fish spa y donde varios turistas observaban curiosos a los peces. El agradable camino hacia las cascadas era igual como lo recordábamos así que al llegar a ellas nos hemos dado un refrescante baño y hemos seguido un pequeño sendero que nos ha llevado a descubrir otras piscinas naturales, rodeadas de cocoteros y locales disfrutando de sus aguas.
La tarde la hemos pasado recorriendo la playa de San Juan hasta el atardecer, donde hemos disfrutado con los locales, aprendiendo de sus costumbres, de la forma de vida, y viendo como los pescadores regresaban a casa después de un largo día al mar. Cuando cae el sol, Siquijor respira una tranquilidad absoluta, y siguiendo el consejo de varios locales, nos hemos acercado a un pequeño puesto de comida callejera, donde nos han asegurado que se sirve el mejor pastel de Mango de Filipinas. (¡sin duda, lo es!)
El segundo día en Siquijor hemos decido salir a observar que es Siquijor desde el mar, ya que en cualquier recorrido en moto os daréis cuenta, que hay un montón de caminos que conducen a paraísos escondidos y difíciles de encontrar. Hemos salido al mar con el tradicional bangka para descubrir las pequeñas calitas, acantilados y pueblos de pescadores que conjuntamente con pequeños alojamientos, forman la primera línea de la costa de Siquijor.
Además, como Siquijor tiene también distintos santuarios y reservas marinas, no nos hemos olvidado de coger el tubo y las gafas para observar que hay bajo sus aguas.
El snorkel en Siquijor es increíble, y pese a que muchos turistas llegan a la isla para observar la vecina Apo, la isla de Siquijor tiene un fondo marino envidiable, es la casa de coloridos peces, corales y una abundante vida marina. Hemos disfrutado de este día a bordo, con nuestros compañeros Robinson y Shiko, y hemos finalizado el día en U Story, donde hay el mejor ambiente de la isla para ver el atardecer.
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